EL GÉNERO EPICENO:
EL CIGARRO Y LA CIGARRA SE VAN A CASAR
Amigos: el adagio popular reza así: “¡No hay novia fea ni muerto malo!” ¡Yo, sinceramente, ardo en deseos de asistir a esta boda tan singular; pero por mucho que se arregle la novia, el impedimento es mayúsculo en este casorio, ya que el cigarro no es el equivalente masculino de la cigarra! Siendo dos representantes de distinta ‘especie’, no podrán consumar el matrimonio. ¡Qué pesar!
Al cigarro no lo podemos ayudar porque solo los seres animados (sexuados) pueden ‘cometer’ matrimonio. Pero veamos qué podemos hacer para que la cigarra no se quede solterona.
Normalmente reconocemos los géneros masculino y femenino, pues son los más fáciles de identificar: el carro, la casa, los carros, las casas, etc.
Pero fuera de estos dos, que son los más comunes, existen en nuestra lengua otros géneros, aunque algunos gramáticos los consideran más bien subgéneros del femenino y el masculino, clasificación que yo encuentro más lógica:
- El común: corresponde a aquellos sustantivos que son iguales, sin importar si se refieren al masculino o al femenino: el mártir, la mártir; el huelguista, la huelguista; el testigo, la testigo.
- El ambiguo: el cual se utiliza cuando la misma palabra puede emplearse en femenino o en masculino: el mar, la mar; el sartén, la sartén; el lente, la lente.
- El epiceno, cuya explicación, más detallada que las anteriores, viene a continuación.
El género epiceno es el que puede ayudarnos en el caso de la cigarra, pues lo que ella necesita es encontrar a un congénere masculino que esté dispuesto a llevarla al altar (o a la notaría, si la boda es civil). Así, pues, la especie cigarra es de género femenino, pero para designar correctamente al espécimen masculino, deberemos denominarlo la cigarra macho. De esta manera no habrá confusión con el cigarro, que, como todos sabemos, no tiene nada que hacer en la boda de la cigarra (a no ser que ella se lo fume).
Igualmente, el masculino de la rana no es el rano, sino la rana macho; y cuando sospechen que alguien está cortejando a la araña, no piensen que es un araño, sino una araña macho; peor aún, si tenemos en cuenta sus dimensiones, sería decir el balleno; para hablar de este cetáceo masculino debemos decir la ballena macho. Además, amigos, tengan especial cuidado en el caso de la boa, sea constrictora o no. No se les vaya a ocurrir por nada del mundo decir que la boa se va a casar con el boa, pues también este casorio pecaría de nulidad, ya que el boa es una estola delgada (en forma de boa constrictora) que en algunas épocas hemos usado las mujeres para realzar nuestra natural belleza (perdón por lo que les toque a los hombres: estos sí de género masculino, no epiceno). Lo correcto es la boa macho.
Si se trata de otros animales para cuya denominación usamos normalmente la referencia al sexo masculino, deberemos agregar la palabra hembra al final. He aquí algunos ejemplos: abejorra no es la esposa del abejorro. Sí lo es el abejorro hembra. No existe la señora cocodrila, sino el cocodrilo hembra.
De particular cuidado en esto de los matrimonios, los sexos, las especies y los géneros es tener en cuenta que aunque el género epiceno se aplica solamente a los animales, no todos los animales son de género epiceno. Los hay que hacen su forma masculina o femenina (me refiero a la forma del sustantivo, no a la biológica, lógicamente) tal como lo hace una miríada de sustantivos del español: con una o para el masculino, y con una a para el femenino. Tal es el caso del perro y la perra; del gato y la gata; del loro y la lora.
Hay otros que forman el femenino y el masculino con pequeñas variantes, tales como: el león y la leona; el tigre y la tigresa; el ratón y la ratona; el gallo y la gallina.
Y no faltan los que tienen diferentes nombres para cada sexo, como el toro y la vaca, o el caballo y la yegua.
Es un pesar que los diccionarios se limiten a indicar el género femenino o masculino de la especie. Es decir: indican que la mosca es de género femenino, el ruiseñor es de género masculino, etc., pero no señalan la condición de epiceno. Si lo hicieran, le harían un gran servicio al lector, pues se le ahorraría la posibilidad de cometer el error de usar un masculino o un femenino incorrectos.
Mientras esto sucede, les recomiendo hacer estos ejercicios.
MINUCIAS
Existen verbos defectivos, llamados así porque tienen defectos de conjugación. Uno de dichos casos es el verbo abolir. Su defecto consiste en que ciertas conjugaciones no existen. Ejemplo: no debemos decir ni abuelo ni abolo. Tampoco aboles, ni abueles. Simplemente hay que buscar decir las cosas de otra manera; una de ellas puede ser usar un sinónimo: elimino, suprimo.
SABIDURÍA DE SANCHO PANZA
“A buen servicio, mal galardón”
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I think it is very funny
Thanks a lot.
Hola, amiga, qué buen y bonito artículo, tanto visual como textualmente. Para niños de 8 a 80 años. Muy disfrutado, hasta los ejercicios.
Cuando alguien tan conocedor como tú me escribe un comentario así, me hace sentir muy feliz. Justamente mi objetivo es que la gramática esté al alcance de todos (hasta más allá de los 80, si se puede). Gracias.
Very interesting information and such a fun read!
I appreciate very much your comment.
Me encanto el artículo, es sencillo, claro, divertido, decidí guardarlo para volver a leerlo ante alguna duda que se presente adelante, así mismo lo compartí en Facebook, creo que vale la pena que mucha gente lo lea.
Gracias, estimada y fiel lectora: es para mí un honor que usted nos siga hasta aquí (Herederos de Cervantes) desde otros blogs en los que he participado antes. Gracias por compartirlo en FB.
ME LO GOCE “HASTA EL FILTRO”!!!!!! EL FILTRO??? LA FILTRA??? EL FILTRO HEMBRA????
QUE DIVERTIDO!!!
Gracias, estimada Margarita, por dejar este comentario. Tengamos siempre en cuenta que el género epiceno se refiere tan solo a algunos animales.
What fun! And very interesting.
Thanks a lot, Laura. Sorry I did not see this before. I appreciate very much your comment.
Como me he reido!!! Justo hace unos dias hablo el Min. de Defensa venezolano y se dirigio a los soldados y las soldadas – que tal?
Muy chistoso. También he oído lo mismo en Colombia y en otros lados. En el caso específico de “soldado”, se trata de un sustantivo de género común, ya que es igual para el femenino y para el masculino: “el soldado” y “la soldado”. El género epiceno se refiere únicamente a aquellos animales para cuya determinación de sexo es absolutamente necesario agregar la aclaración de “macho” o “hembra”.
¡Magnífico! Yo siempre me preguntaba cómo hacer para decir “el araño” o “el rano”. Como no sabía cómo hacerlo, siempre buscaba caminos alternativos para no tener que enfrentar el hecho de que no sabía cómo denominar ciertos animales. No tenía ni idea de la existencia del género epiceno. La vengo siguiendo desde cuando escribía en 4 mosqueteras, y siempre me han encantado sus artículos por el humor con que siempre escribe. La letra con humor entra.
Estimadísima lectora: sus palabras son para mí música en mis oídos. Gracias por seguir mis incursiones en mi terreno favorito: la gramática. Me alegra saber que ahora ya tiene algo más en su haber. Y como sé que usted es maestra, le sugiero que haga los ejercicios con los niños.
¡Excelente análisis lingüístico, Yilda, y muy amena la lectura!
¡También disfruté los ejercicios!
Te agradezco en el alma tu comentario, Andre.¡Qué bueno saber que hiciste los ejercicios!
Maravillosos el artículo.
Solo tengo una acotación sobre el ejercicio,: ¿el género epiceno de la rata – no es el ratón – ?
Éxitos
Estimada lectora:
no, el ratón y la rata son dos especies diferentes. Por ello, el femenino de “ratón” es “ratona”, mientras que el masculino de “rata” es “rata macho”. Para que el concepto quede bien claro, vale la pena tener en cuenta lo siguiente: se dice que un animal es de género epiceno cuando hay que recurrir a agregar las palabras “macho” o “hembra” para determinar su sexo. Si hablamos del ratón y la ratona, esta especie no es del género epiceno, puesto que simplemente el primero es el masculino, y el segundo es el femenino, y no hay que aclarar que se trata del macho ni de la hembra. La rata, en cambio, sí es de género epiceno.
Espero que su inquietud haya quedado respondida. Le quedo muy agradecida por leernos.
¡Me encantó!
Mil y mil gracias.
Gracias Yilda por este excelente artículo. Muy bien explicado y de una forma muy amena. Felicitaciones y de nuevo gracias por su valioso aporte a una mejor comprensión de nuestro idioma
Estimda lectora: le agradecemos mucho que sea nuestra lectora. Qué bueno saber que le pareció ameno y didáctico.