LOS VERBOS DEFECTIVOS: ¿ABOLO O ABUELO?
¡Quién lo creyera, amigos lectores! ¿Verbos defectivos? ¿Y eso qué quiere decir? Muy fácil: la palabra “defectivo” quiere decir “defectuoso”. ¿Pero es posible que existan verbos defectuosos? Apuesto que a ustedes — al igual que a mí— les cuesta trabajo creer que existan en nuestra amada lengua verbos que tengan defectos. Y sin embargo, esa es la realidad.
¿Y en qué consisten los defectos de dichos verbos? En que carecen de conjugación en ciertos tiempos, modos o personas. El ejemplo por excelencia de los verbos defectivos ha sido tradicionalmente “abolir”. ¿Se debe decir “abuelo” o “abolo”? La respuesta solía ser un categórico “ninguno de los dos”, ya que ambos suenan cacofónicos[1]. No obstante, acabo de toparme con la sorpresa de que el DLE ahora acepta la conjugación “abolo”. Aquí entre nos, amigos lectores, esta conjugación me sigue sonando estridente e ingrata a mis oídos, por lo que me abstendré de utilizarla, y me atendré a la vieja regla de usar este verbo solamente con las desinencias[2] que empiezan con “i”: abolí, abolimos, aboliremos, abolían, etc.
Pero quedan aún otros verbos en la lista de los defectivos. Uno de ellos, y tal vez el más empleado incorrectamente (es decir, se emplea como si no fuera defectivo), es “haber”. En primera persona del plural (nosotros), la conjugación del modo indicativo es “hemos”, pero hay que tener en cuenta que solo podemos usarla cuando el verbo “haber” es auxiliar de otro.[3] Ej.: Hemos trabajado, hemos estudiado, y hemos aprendido muy poco.
En cambio, cuando se trata de cantidades,[4] el verbo “haber” es defectivo. En otras palabras, no existe la conjugación “habemos”. Tampoco existe una conjugación para ninguna otra persona distinta de la tercera del singular. ¿Entonces cómo podemos remplazarlo? Muy sencillo: con las expresiones: “hay conmigo”, “conmigo hay”, “somos”, “estamos”, o de alguna otra forma que dé la idea según el contexto. Así, si lo que pretendemos decir es “Habemos 24 concursantes”, deberemos decir algo como: “Hay conmigo 24 concursantes”.
Pero quedan aún muchos verbos defectivos en la lista, algunos de los cuales intuitivamente usamos de manera correcta (es decir: acertadamente nos abstenemos de usar las conjugaciones defectuosas). Tal es el caso de “balbucir”, cuya conjugación “balbuzco” no existe. El verbo “atañer” solamente se conjuga en tercera persona del singular y del plural, en los modos indicativo y subjuntivo: “atañe”, “ataña”, “atañen”. Lo mismo ocurre con “acaecer”, “suceder” (cuando no se refiere a “sucesión”), “acontecer” y otros similares.
También hay verbos defectivos en razón de su propia naturaleza. Tal es el caso de los que expresan fenómenos naturales: nevar, llover, atardecer, tronar, etc. Solo admiten conjugaciones en la tercera persona del singular: “nieva”, “llovería”, “tronó”, etc.
La lista de los verbos defectivos no es corta, y ha venido cambiando con el tiempo (¡doctores tiene la santa madre iglesia!) según los dictámenes de la docta casa[5]. Lo que en una época suena cacofónico, deja de considerarse tal más adelante. Por eso lo mejor es consultar constantemente el diccionario para enterarse de qué verbos han dejado de considerarse defectivos.
[1] Cacofonía: disonancia o sonido desagradable en una palabra. Viene del griego (kakos = desagradable, y phone = sonido, voz).
[2] Desinencia: definición del DLE: Morfema flexivo pospuesto a la raíz, especialmente la de un verbo. En otras palabras, la desinencia es la parte de la conjugación que no es la raíz. Ej.: en “amamos”, la raíz es “am”, y la desinencia es “amos”.
[3] Véase el artículo anterior de Herederos de Cervantes: “Los dos verbos haber“.
[4] Véase el artículo anterior de Herederos de Cervantes: “Los dos verbos haber“.
[5] Así se refiere la Academia a sí misma.
MINUCIAS
Parece ser que el chino y el griego ganan el campeonato de las lenguas más antiguas que siguen vivas aún. Ambas tienen alrededor de 35 siglos de existencia.
SABIDURÍA DE SANCHO PANZA
Tan presto va el cordero como el carnero.
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Cómo siempre excelente artículo, claro y sencillo. Me encanta leerla porque me aclara cosas muy cotidianas.
Mil gracias, mi fiel lectora, por su comentario.
Buen tema para pensar en noches de insomnio: en lugar de contar ovejas, ponerse a contar los verbos defectivos. Gracias por su interesante artículo.
¡Magnífico somnífero!
El asunto es muy complejo, como todo lo de nuestra gramática, pero está muy bien explicadito. Gracias por volver la gramática un asunto fácil.
A usted. Gracias por interesarse en nuestra lengua.
¡Excelente, Yilda!!! Muchas gracias. Estas haciendo una labor muy linda y necesaria.
Me encanta saber que estás entre mis lectores.
Siempre aprendo. ¿Defectuosos? Tal vez no necesitan más porque serían cacofónicos. Gracias mil.
Exactamente: por cacofónicos se consideran defectuosos. Y sin embargo (¡quién lo creyera!), parece que a la Academia le suena bien “abolo”. Gracias por su comentario.
Nunca en mi vida había oído la palabra “defectivo”, así que agradezco mucho la lección sobre los verbos defectivos, y sobre la palabra “defectivo”.
¡Qué bueno es aprender nuevas palabras y nuevos conceptos! Aunque en este caso, el concepto de “nuevo” es muy antiguo.
¿Es satisfacer un verbo defectivo?
Estimado Río Cane: no, es un verbo irregular, pero no defectivo, ya que tiene todas las conjugaciones en todos los tiempos, modos y personas. Para no confundirse, hay que tener en cuenta que se conjuga igual al verbo “hacer”. Ejemplos: hago, satisfago; hice, satisfice; haga, satisfaga; etc., etc., etc.
Me encantó su artículo por la sencillez de la explicación. ¡La felicito!
Muy agradecida.
Lo que más disfruto de sus artículos es que el lector (o por lo menos yo) entiende con mucha facilidad. Ya nunca más diré “habemos”. Gracias.
¡Hace muy bien en no decir “habemos” nunca más! Como entiendo que usted es maestra, le recomiendo también que les enseñe a los niños a abstenerse de decir “habemos”. Gracias por ser asidua lectora de Herederos de Cervantes.
Que maravilla, siempre aprendo mucho leyendo lo que escribes, te felicito querida amiga
Muy, muy, muy agradecida.
Estimado Andre: agradezco mucho su comentario, el cual acaba de sugerirme un tema para un próximo artículo. Tendré muy en cuenta esta intervención tuya en próximas oportunidades. Gracias por el tiempo y atención que ha dedicado a la lectura de este blog.
Muy interesante tu artículo/ensayo, Yilda, gracias!
Quisiera hacerte una pregunta a ti y a todos.
Fijémonos en la siguiente oración de tu escrito:
Apuesto que a ustedes… les cuesta trabajo creer que existan en nuestra amada lengua verbos que tengan defectos.
Mi pregunta es:
¿Por qué esta oración no debería incluir la preposición “a” después del verbo “apostar”?
Es decir, para que rece:
Apuesto A que a ustedes… les cuesta trabajo creer que existan en nuestra amada lengua verbos que tengan defectos.
Yo pensé que el verbo “apostar” se regía por la preposición “a” en este tipo de contextos, pero me gustaría que alguien me explicara por qué no.
A continuación está lo que dice el Diccionario panhispánico de dudas al respecto; entre otras cosas indica que la preposición “a” no debe prescindirse en la lengua cuidada.
¿Cómo ven ustedes el asunto?
DEL DPD
apostar(se). 1. Es irregular y se conjuga como contar (→ apéndice 1, n.º 26) cuando significa:
a) ‘Pactar con otro(s) que quien tenga razón en una discusión, obtenga la victoria o acierte el resultado de un juego o contienda deportiva gana [algo convenido, especialmente una cantidad de dinero]’. Con este sentido, es transitivo —lo que se juega en la apuesta se expresa mediante un complemento directo, aunque es frecuente su uso como absoluto, con complemento directo implícito— y lleva además con frecuencia otro complemento, precedido de la preposición a, que expresa el resultado que se aventura: «Te apuesto cien dólares a que es cubana» (Ott Dientes [Ven. 1999]); en la lengua cuidada, no debe prescindirse de la preposición: *Te apuesto que es cubana. Es frecuente su uso en forma pronominal (apostarse algo) y, en ese caso, la persona con la que se hace la apuesta se expresa, no mediante un complemento indirecto, como en el caso anterior, sino con un complemento precedido de con: «Se apostó una cena con los amigos a que llamaba Cojoncio al hijo» (Cela Colmena [Esp. 1951-69]). Si se trata de una contienda deportiva o juego en el que existen varias opciones, aquella por la que se apuesta se expresa mediante un complemento precedido de a o por: «Puede además poner en juego su suerte, apostando a su número preferido» (Universal [Ven.] 6.4.99); «Los yanquis no apuestan nunca por un caballo que ya ha caído» (VqzMontalbán Galíndez [Esp. 1990]).
b) ‘Dar por cierto [algo]’. Con este sentido, es también transitivo. El complemento directo suele ser una subordinada introducida por que: «Ezequiel optó por callarse la boca. No podía apostar que el tono no fuera a traicionarlo» (Cohen Insomnio [Arg. 1986]).
c) ‘Manifestar confianza u optar por alguien o algo’. En este caso, es intransitivo y se construye con un complemento precedido de por o, más raramente, a: «Antic apostó por sus hombres más técnicos» (Abc [Esp.] 8.9.97); «Toda mi vida he apostado a esos valores» (Viñas Lisandro [Arg. 1985]). El complemento puede ser una oración subordinada introducida por que: «Muy pocos apostaban por que el Partido Popular llegaría al poder» (Mundo [Esp.] 21.9.96); en ese caso es incorrecto escribir porque, en una sola palabra (→ porque, 2b).
2. Es regular cuando significa ‘poner(se) en un determinado lugar con algún fin’: «En el templo, los soldados revisan los rincones y se apostan estratégicamente» (Santander Milagro [Méx. 1984]).
¿Podría escribir un artículo sobre los verbos irregulares, por favor? A veces tengo dificultad con verbos como soldar, financiar, hervir, agriar (y muchos otros). Gracias.
¿Podría escribir, por favor, un artículo sobre los verbos irregulares? A veces me cuestan trabajo algunos verbos, como soldar, agriar, hervir (y muchísimos otros). Gracias.
Estimado Roberto: me ha dado usted una excelente idea. Por supuesto que sí. En un futuro próximo atenderé su sugerencia. Mientras tanto, le cuento lo siguiente:
a. “Soldar” se conjuga como “contar” en cuanto al diptongo: cUEnto, sUEldo; cONté, sOLdé; cONtaba, sOLdaba, etc.
b. “Agriar”conserva el diptongo, como la enorme mayoría de los verbos terminados en “iar” (financiar, etc.). Ej.: yo agrIO, él agrIÓ, nosotros agrIAríamos, etc.
c. “Hervir”: hiervo, hierves, hierve; herví, herviste, hirvió. Como es bastante irregular, y como no me caben aquí todas las conjugaciones, le recomiendo que vaya a http://dle.rae.es/?id=KG9pKlC .
Gracias por ser nuestro lector.
Yilda muchas gracias por su explicación. Estos verbos son un poco difíciles de entender pero su artículo me ha aclarado algunas dudas. Gracias de nuevo por su valiosa ayuda.
Mil gracias, estimada lectora. Es un placer saber que ha podido aclarar algunas dudas.