EN EL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS (7)
¡DEMOS GRACIAS POR LA IRA DE YAVÉ!
“Y era toda la tierra de una sola lengua y de iguales palabras. Y ocurrió, cuando venían desde el oriente, que hallaron un profundo valle en la tierra de Sinar[1] y allí se afincaron. Y dijeron entre ellos: “Hagamos ladrillos cociéndolos al fuego.” Y usaron los ladrillos como piedra, y betún como argamasa. Y dijeron: ‘Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúpula llegue al cielo y nos haga famosos, para que no seamos dispersos sobre la faz de la tierra’. Y bajó el Eterno a ver la ciudad y la torre que habían construido los hijos del hombre. Y dijo el Eterno: ‘He aquí un pueblo y una lengua para todos ellos. Esto ya lo han empezado a hacer. ¿Acaso nada les impedirá hacer cualquier cosa que proyecten? Bajemos entonces y confundamos su lengua, para que no puedan entenderse más entre sí’. De tal modo el Eterno los dispersó allí sobre la faz de la tierra, y ellos cesaron de edificar la ciudad. Por eso ella se llama Babel (Bavel)[2], pues allí el Eterno creó confusión de lenguas en la tierra y de allí los dispersó a todos los rumbos. (Génesis 11: 1 – 9).
No soy ni experta en asuntos bíblicos, ni muy creyente de las historias que allí se narran. Ello debido a que por lo general (¿o siempre?) no se cuenta cuándo sucedieron los hechos, ni queda muy claro dónde. Cuando me acerco al libro sagrado, lo hago fundamentalmente con propósitos literarios. No más.
Gracias a estos ojos escépticos que me acompañan a todas partes, profunda curiosidad me causa saber por qué Yavé se irritó tanto porque los hombres se embarcaron en el proyecto de construir una torre que llegara al cielo. ¿Constituía una ofensa al todopoderoso dios? Y, de ser así, ¿por qué?
Primero que todo, si el dios Yavé era – como se supone– omnisciente, tenía que saber que tal plan no pasaba de ser una idea peregrina y, por tanto, irrealizable. Veamos: ni siquiera El Burj Khalifa, en Dubai, el rascacielos más alto del mundo, con 828 metros de altura, llega a hacerle cosquillitas a Dios en los pies. Es decir, no “rasca los cielos”. Tengamos en cuenta, además, que la construcción de la torre de marras era un zigurat, una especie de pirámide hecha con ladrillos de barro cocido. ¿Qué dimensiones debería tener en el primer nivel para que, al construir los cada vez más pequeños niveles, se alcanzara a tocar el cielo? ¿Y qué material debería emplearse para soportar semejante peso? ¿Solo ladrillos cocidos?
En fin… parece ser un dios muy colérico y justiciero este que castiga la supuesta osadía causando una confusión de lenguas que acabó con el proyectico humano.
En segundo lugar: ¿a qué viene el uso de la primera persona del plural para referirse Yavé a sí mismo? ¿Se trata de un simple plural mayestático?[3] Si es así, parece haber una gran contradicción: ¿para qué posar de humilde, si al mismo tiempo se está dejando muy en claro quién es el que manda, y cómo puede destruir a placer cualquier ilusión humana?
Y si no se trata de un plural mayestático, entonces literalmente se trataba de varios individuos. En ese caso ¿por qué el escritor del texto se refiere a este grupo de seres como a ‘el Eterno’?
Sea lo que fuere, en cuanto a nosotros (intérpretes y traductores) concierne, parece que somos los beneficiarios de la ira de Yavé. Sí, se crearon todas las lenguas de la Tierra. ¿Estaba incluido en el plan divino crear familias de idiomas? ¿Estaba previsto que surgieran – necesariamente– las profesiones de intérprete y traductor? ¿Y las demás ramas del saber que tienen que ver con los idiomas? En verdad, en verdad os digo que no tengo ni la menor idea de si todo fue un plan para darnos trabajo a nosotros, pero hay algo de lo que sí estoy segura: he disfrutado mucho, mucho, mucho de estas profesiones. Gracias a ellas podemos leer, escribir, entender y hablar varios idiomas: ¡Muchas puertas, muchos puentes, muchos libros, libros, libros….!
¡Gracias, Yavé, por tu apoteósica ira!
[1] Una nota de pie de página en Bible Getaway dice que también existe la grafía Simar.
[2] Una nota de pie de página en Bible Getaway dice que el verbo hebreo “babel” o “bavel” significa “confundir”.
[3] Plural de modestia.
MINUCIAS
“Hablo en italiano con los embajadores; en francés, con las mujeres; en alemán con los soldados; en inglés con los caballos, y en español, con Dios.”
Rey Juan Carlos I de España, y V del Sacro Imperio Romano Germánico.
SABIDURÍA DE SANCHO PANZA
El buen gobernador, la pierna quebrada y en casa.
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Y yo disfruto mucho con tus artículos, Yilda.
En verdad lo aprecio.
Muchas gracias.
Lo que más me gustó fue la frase de remate.
¡Chévere!
!Qué bueno que alguien ponga en evidencia ese Dios tan castigador y furioso del Antiguo Testamento! Me encantó lo del plural mayestático.
¡Qué bueno que estamos de acuerdo!
El Antiguo Testamento está lleno de pasajes deleznables. Uno no entiende cómo se le puede llamar Dios a este tipo que expropia tierras, manda al pobre Moisés, que era tartamudo, a que hable con el faraón, se enoje por idioteces, etc. Tal vez lo único bueno que hizo, que fue crear los idiomas, lo hizo sin pensar en nosotros. Gracias por su artículo.
Así es. Me pregunto a qué viene el cambio entre ese Dios justiciero del antiguo testamento, y ese Dios lleno de amor y bondad del nuevo testamento.
Nunca me había fijado en la incongruencia de personas gramaticales en el texto bíblico. No es que yo sea asidua lectora de temas religiosos, pero a veces uno lee sin darse mucha cuenta. Pero claro: ¿a qué tiene el plural, si se trata de una sola persona?
Lo mismo me pregunto.