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DENOTACIÓN Y CONNOTACIÓN: TRONO ≠ INODORO ≠ SILLA ELÉCTRICA

Amigos: en el reino de las palabras es fácil caer en la trampa de usar lo que primero se nos viene a la cabeza, o lo que primero encontramos en el diccionario. Quizá una de las sutilezas que pueden determinar la diferencia entre un hablante nativo culto, y otro no nativo (igualmente culto) es la capacidad del primero para captar los pequeños matices entre dos o más palabras o expresiones que a simple vista parecen ser iguales.

Si entendemos que ‘sinónimo’ es una palabra que difiere de otra en su forma (y en su sonido), pero tiene un significado idéntico a la primera, entonces bien podremos escoger cualquiera de las opciones que ofrecen por lo general los diccionarios de sinónimos.  Sin embargo, el asunto es digno de más y mejor atención.

Con un ejemplo nos quedarán las cosas más claras: la palabra “asiento” tiene varias acepciones, pero en este caso vamos a referirnos únicamente a la de “mueble para sentarse”, definición que nos da el Diccionario de la Lengua Española. Según esto, es posible encontrar, entre otros, los siguientes sinónimos: apero, arnés, banca, banco, banqueta, banquillo, butaca, canapé, diván, dormilona, escabel, escaño, inodoro, jamuga, luneta, mecedora, montura, pato, playera, poltrona, silla eléctrica, sillón, sofá, taburete, trono, tumbona.

Efectivamente todas estas palabras son sinónimos de ‘asiento’, puesto que se ajustan a la definición objetiva de ‘mueble para sentarse’. El sentido más llano de la palabra, el que no evoca nada que se aparte de la definición, es lo que llamamos denotación. Es la definición ‘neutra’ u ‘objetiva’ de una palabra. La denotación de una palabra abarca aquellas características esenciales que sirven para definirla y distinguirla de otras.

Pero, además de ese significado neutro, existen cargas emocionales (invisibles), que nos permiten identificar matices, evocar imágenes positivas o negativas, y hasta segregar hormonas o adrenalina, con su solo sonido o lectura. Este significado cargado de emoción es el que llamamos connotación.

La connotación es el vehículo que nos permite distinguir entre un trono, una silla eléctrica y un inodoro. Siendo todos muebles para sentarse, su uso y las sensaciones que generan son muy diferentes. Esta es la razón por la que no podemos usar indistintamente cualquier palabra de una lista de sinónimos, sino que debemos escoger cuidadosamente la que mejor exprese nuestra intención y nuestro pensamiento.

Cuando dos palabras coinciden totalmente tanto en su denotación, como en su connotación, se consideran sinónimos perfectos. Tal es el caso de ‘encontrar’ y ‘hallar’. Pueden sustituirse el uno por el otro sin que ello evoque sentimientos diferentes.

Las palabras que expresan emociones se prestan con facilidad a tener diversas connotaciones, pero ello no quiere decir que las demás carezcan de connotación. También hay connotaciones que son propias de un hablante específico. Durante mucho tiempo el yogur griego tuvo una connotación muy desagradable para mí, debido a que en una ocasión me causó una intoxicación severa. De la misma manera, hay una plétora de palabras cuyo uso es completamente denotativo en un país o en una región, mientras que en otro tiene una fuerte carga connotativa negativa. De ello no daré ejemplos en este artículo, por temor de ofender a algún lector.

Los invito, eso sí, a mover las neuronas pensando en la denotación y en la connotación que encontrarán en estos ejercicios.

MINUCIAS

Aguacate no tiene nada que ver con agua pasó por aquí, y cate que no lo vi. Más bien, viene del náhuatl, que literalmente significa testículo (tal vez por su forma).

SABIDURÍA DE SANCHO PANZA

Cuando viene el bien mételo en tu casa

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