EJERCICIOS DEL VOCATIVO
En las siguientes oraciones:
- Identifique si hay vocativo(s) o no. Recuerde que se trata de la persona o cosa personificada a la que hablamos.
- Si lo(s) hay, coloque la puntuación correcta.
- Oye tú tráeme ese par de zapatos azules.
- Pueblo indolente cuán distinta sería vuestra suerte si supierais el precio de la libertad[i].
- Tú el del sombrero colorado quédate callado.
- Adiós lugares de mi infancia.
- ¡Quieta Margarita!
- ¡Ya es hora de levantarte desgraciada!
- Ya es hora de que la desgraciada se levante.
- A ti poesía he dedicado los mejores años de mi existencia
- A la poesía he dedicado los mejores años de mi existencia.
- Hazme un relato de tus hazañas Alejandro.
SOLUCIONES A LOS EJERCICIOS ANTERIORES
Hemos subrayado los vocativos en las soluciones, para ser más claros.
Oración original | Vocativos | Oración correcta |
Oye tú tráeme ese par de zapatos azules. | oye
tú |
Oye, tú, tráeme ese par de zapatos azules. |
Pueblo indolente cuán distinta sería vuestra suerte si supierais el precio de la libertad. | pueblo indolente | Pueblo indolente, cuán distinta sería vuestra suerte si supierais el precio de la libertad. |
Tú el del sombrero colorado quédate callado. | tú
el del sombrero colorado |
Tú, el del sombrero colorado, quédate callado. |
Adiós lugares de mi infancia. | lugares de mi infancia | Adiós, lugares de mi infancia. |
¡Quieta Margarita! | Margarita | ¡Quieta, Margarita! |
¡Ya es hora de levantarte desgraciada! | desgraciada | ¡Ya es hora de levantarte, desgraciada! |
Ya es hora de que la desgraciada se levante. | No le hablamos a la desgraciada, sino de ella. | La oración original es correcta. |
A ti poesía he dedicado los mejores años de mi existencia. | poesía | A ti, poesía, he dedicado los mejores años de mi existencia. |
A la poesía he dedicado los mejores años de mi existencia. | No le hablamos a la poesía, sino de ella. | La oración original es correcta. |
Hazme un relato de tus hazañas Alejandro. | Alejandro | Hazme un relato de tus hazañas, Alejandro. |
[i] Palabras pronunciadas por Policarpa Salavarrieta, heroína colombiana, momentos antes de su ejecución por el pelotón español de fusilamiento. 14 de noviembre de 1817.