HIPERÓNIMOS E HIPÓNIMOS: ¿TRADUCCIÓN GRUESA O TRADUCCIÓN FINA?
Hace años fui intérprete de un evento sobre carreteras y caminos. Los ponentes eran geógrafos, cartógrafos, geólogos, ingenieros y demás profesionales relacionados con el tema. Interesante asunto, pero pronto empecé a notar que algo extraño estaba sucediendo en la cabina de intérpretes. Sabía que algo no andaba bien, pero no tenía cómo explicarlo. Es como si un guitarrista oyera una nota desafinada, pero el afinador le dice que todas las cuerdas están en su punto.
Cuando los conferencistas del evento hacían en inglés una clara distinción entre camino, trocha, carretera, sendero, vía, calle, calzada, pista, vereda, paseo, autopista, carril, etc., yo oía que mi compañero de cabina decía en español simple y llanamente “camino”.
En el primer receso traté de traer el tema a colación ante mi colega, pero su respuesta fue algo como: “todos son caminos, luego no hay error”. No dije más, pero el asunto me quedó sonando hasta el momento de escribir el presente artículo. ¿Qué ocurrió en realidad?
Esto que a mí me sonaba tan raro – ahora lo sé– es que era una “interpretación gruesa”. Me explico: en lugar de interpretar con el grado de finura y detalle que ameritaba la ocasión, pues era evidente que para los ponentes no era lo mismo una trocha prehispánica que una autopista de 10 carriles, ahora todo se limitaba al nombre genérico de “caminos”.
Cuando varias palabras forman parte de un conjunto, estas últimas se llaman HIPÓNIMOS, mientas que el nombre de ese conjunto es el HIPERÓNIMO. Así, en el caso que nos ocupa, el HIPERÓNIMO es “camino” (es decir: el nombre del conjunto es “Camino”), y los elementos contenidos en él (hipónimos) son: trocha, carretera, sendero, vía, calle, calzada, pista, vereda, paseo, autopista, carril, etc.
La palabra “hiperónimo” viene del griego hiper = superior, por encima de, y onimo = nombre. El hiperónimo, entonces, está jerárquicamente por encima de las palabras del conjunto, porque es el nombre genérico, no el específico. Así, el hiperónimo “flores”, comprende – entre otros hipónimos– , margaritas, claveles, rosas, crisantemos, cartuchos, gladiolos, lirios, azucenas, etc.
La palabra “hipónimo” viene del griego hipo = inferior, por debajo de, y onimo = nombre. Los hipónimos, entonces, están jerárquicamente por debajo de su hiperónimo. Así, las palabras golondrina, cóndor, colibrí, torcaza y paloma son hipónimos del hiperónimo “pájaros”.
Recurrir al hiperónimo debe ser el último recurso del intérprete. Al calor de un evento, en el que muchas veces el intérprete se topa con una palabra que no entendió, no oyó bien, o definitivamente no conoce, es preferible recurrir al hiperónimo que dejar la oración incompleta.
Si el tema de la conferencia son las flores, y de repente el intérprete oye el nombre de una flor nueva para él, es preferible decir algo como “otras flores”, en lugar de dejar la frase inconclusa. Pero debe buscar la palabra precisa lo más rápido posible, para que recurrir al hiperónimo no se convierta en la norma. Usar constantemente el hiperónimo es una manera facilista de “obviar” las deficiencias léxicas. No es lo mismo decir “cereales” (hiperónimo), que diferenciar entre trigo, cebada, centeno, arroz y avena (hipónimos).
Un mundo muy diferente es el de la traducción, puesto que el traductor tiene la obligación de emplear el tiempo y los recursos que fueren necesarios para consultar exhaustivamente hasta encontrar la palabra precisa. A esto es a lo que llamo “traducción fina”, parafraseando las expresiones de “motricidad fina” (hipónimo correcto) y “motricidad gruesa (hiperónimo)”.
Es en los pequeños detalles (y a veces también en los grandes) en los que el cliente debe fijarse a la hora de contratar una traducción o una interpretación, pues son ellos los que determinan la GRUESA línea divisoria entre un profesional y un aficionado.
MINUCIAS
“Según la doctrina idealista, los verbos vivir y soñar son rigurosamente sinónimos.“
Jorge Luis Borges
SABIDURÍA DE SANCHO PANZA
Júntate a los buenos, y serás uno de ellos.
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Estupendo como siempre, abrazos
Muy agradecida, muy agradecida, muy agradecida.
Es la distinción, la finura, el detalle lo que hace la calidad en cualquier campo del que se trate. Para mí es un terciopelo leer un artículo como este, que trata de un tema: 1. Poco conocido. 2. Que no se enseña en las universidades. 3. Que explica tan bien por qué no deben meterse a traductores e intérpretes quienes crean que es asunto de ser solamente bilingües (si es que llegan a bilingües).
No conocía el concepto de hipónimos e hiperónimos, pero usted explica magistralmente (léase: con sencillez) un concepto que puede ser fuente de grandes errores o grandes aciertos.
Verdaderamente quedo, como siempre, muy agradecida por su comentario.
Para mí, como usted bien lo dice, traducir a todo tiro por el hiperónimo es pura pereza mental. Su colega se salió por la tangente, tal vez por la pereza de abrir el diccionario y buscar la palabra exacta.
Parece que así fue. Se le excusa porque en esa época de su vida se trataba de un intérprete bisoño.
Excelente como siempre!!!
Ya es habitual que al leer su columna me dé cuenta de lo poco que sé en materia de gramática. Le agradezco mucho que nos entere de estos temas tan importantes.
Llevo muchísimo tiempo insistiendo en este punto, porque con el facilísimo de ahora se ha convertido en un lugar común esto de creer que cualquier palabra da lo mismo, cuando los especialistas en cualquier materia se esfuerzan en dejar claras las distinciones entre los hipónimos. Muchas gracias por su artículo.
Así es: ahora lo que importa es “salir del paso” escribiendo o diciendo cualquier cosa. Gracias por escribirnos.
Gracias por su explicación. La tendré muy en cuenta cuando tenga que dar explicaciones en el futuro. También trataré de enseñar estos conceptos a mis estudiantes más avanzados.
Qué maravilla que desde la escuela los estudiantes aprendan estos conceptos tan importantes. Muchas gracias por su comentario.
Excelente tema, Yilda, desconocido para mí. Quedo muy agradecida por sus magníficas enseñanzas respecto a nuestro idioma.
Muy agradecida, estimada lectora.
No tenía ni la menor idea de estas dos palabras, y sus significados. Gracias.
Ojalá le sirva.
Magifico carissima Yilda: mi piacciono gli iponimi e certamente gli iperonimi. Grazie della spiegazione.
È veramente un piacere ricevere il tuo messaggio. Imagino che la stessa spiegazione può applicarsi alla lingua italiana. Vero?
Cara Yilda volevo scrivere MAGNIFICO…
Molte grazie, carissima professoressa.