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JUGUEMOS CON LAS PALABRAS (1)

¡Gracias a la vida! ¡Gracias a la vida por el disfrute que produce leer algo bien escrito! Cuando este es el caso, el lector entiende con facilidad, y puede proseguir sin necesidad de “pelear” con el autor porque sus frases son confusas, usa las palabras con un significado erróneo, no hila bien las ideas, y hasta muestra descuido en la ortografía.

Leer algo bien escrito es uno de los mayores placeres de la vida. Y si esta corrección lingüística se disfruta mes a mes en una publicación que se empeña en no rebajar su calidad, la fruición se anticipa y se acrecienta. Eso sucedía en mi familia con la revista Selecciones del Reader’s Digest, de la cual todos éramos asiduos lectores. Pero, además de su calidad lingüística, invariablemente nos divertíamos con una sección habitual que era fuente de numerosos y hasta enconados alegatos que nos obligaban a consultar el diccionario y, por tanto, a aprender más y más sobre la lengua. La columna se llamaba, muy acertadamente, Enriquezca su vocabulario.
 
Con la llegada de la internet, y con las carreras de esta vida moderna que se solaza en conspirar contra los que queremos sentarnos (o pararnos, o lo que sea) a leer durante ratos largos, apuesto a que han disminuido considerablemente los lectores de Selecciones, si no es que han desaparecido por completo, al menos en el formato impreso.

Pero, para recordar los buenos viejos tiempos, he decidido crear lo que ya estaba creado: un jueguito muy parecido al de la vieja revista. Y para que no se me acuse de robar el nombre, lo he llamado Juguemos con las palabras, cuya primera edición está aquí de cuerpo presente:   Escoja el significado correcto de cada una de las siguientes palabras. Podrá ver la solución si hace clic aquí
 
Puntajes:
10 o más aciertos: Excelente.
6 a 9 aciertos: Necesita mejorar.
Menos de 6 aciertos: Su caso es grave. Estudiar es urgente.

  1. AGUACHINAR:
    1. Hablar mal de alguien.
    2. Bañarse con mucha agua.
    3. Llenar algo de agua.
    4. Desbordamiento del agua.
  2. HOPLITA:
    1. Soldado Griego de infantería.
    2. Arma romana de corto alcance.
    3. Postre propio de los países andinos.
    4. Polaina.
  3. PETRICOR:
    1. Mezcla de piedra con carbón.
    2. Piedra de muy mal olor.
    3. Mezcla de piedra y aceite.
    4. Olor que emana de la tierra al mojarse con la lluvia.
  4. OSTRACISMO:
    1. Estanque de ostras.
    2. Destierro.
    3. Reacción alérgica causada por la ingesta de ostras.
    4. Plancha de candidatos.
  5. CÁLIGA:
    1. Látigo.
    2. Carruaje egipcio tirado por tres caballos.
    3. Sandalia que usaban los soldados romanos.
    4. Planta de propiedades relajantes.
  6. APOTEOSIS:
    1. Politeísmo.
    2. Elevación de un héroe a la dignidad de un dios.
    3. Partenogénesis.
    4. Dolencia causada por el excesivo consumo de carbohidratos.
  7. CLEPSIDRA:
    1. Reloj de agua.
    2. Reloj de arena.
    3. Reloj de sol.
    4. Reloj de cuerda.
  8. URÓBOLOS:
    1. Una de las cartas del naipe español.
    2. Animal mitológico que muerde su propia cola.
    3. Ornitorrinco.
    4. Bizcochuelo francés.
  9. HIPÓSTILO:
    1. Hipócrita.
    2. Apócrifo.
    3. Que tiene el techo sostenido por columnas.
    4. Abigeato.
  10. OBREPCIÓN:
    1. Falsa narración de los hechos ante un superior.
    2. Suplantación.
    3. Narración que mezcla verdades con mentiras.
    4. Soborno.
  11. CRISMÓN:
    1. Cristograma.
    2. Eneagrama.
    3. Engrama.
    4. Inscripción pagana.
  12. SISTRO:
    1. Antiguo utensilio de la cocina etrusca.
    2. Toro de dos cabezas.
    3. Instrumento de labranza.
    4. Antiguo instrumento musical.

Nota para leer después de haber contestado el ejercicio: la segunda imagen de este artículo muestra una clepsidra.

MINUCIAS

La palabra más larga del idioma español, con 23 letras, es “electroencefalografista”.

SABIDURÍA DE SANCHO PANZA

El buey suelto bien se lame.

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23 Comments

  1. José Javier Meneses Pulido

    No es fácil la prueba. Se necesita haber leído bastante. Me atrevería a pensar que muy pocos lograrían tener más de seis aciertos. Me gustaría saberlo en unos pocos días, cuando haya algunos comentarios.

    • Yilda Ruiz Monroy

      No es fácil, efectivamente, y fue pensada así, pero parece que la próxima vez deberá ser más fácil.

      • Yilda Ruiz Monroy

        De pronto se me fue la mano, pero hay una razón más para estudiar vocabulario: es muy bueno para el cerebro.

    • Andre Moskowitz

      Interesante la prueba, Yilda, pero la calificación de “Menos de 6 aciertos: Su caso es grave. Estudiar es urgente” me parece poco acertada o, al menos, muy dura.

      Es decir, si prácticamente todos los lectores de esta revista no acertamos en 6 o más de las preguntas de la prueba, significa que el caso de todos nosotros es grave y –¿por qué no decirlo?– somos ineptos.

      ¿Acaso es cierto eso?

      Lo dudo.

      ¿O estás dispuesta a confesar, Yilda, que aquí estás exagerando un poco (o mucho)?

      • Yilda Ruiz Monroy

        Estimado Andre:
        Agradezco mucho tu comentario y tu opinión, los cuales tendré en cuenta.
        Mi opinión es que no se trata de confesar o no que estoy exagerando. Se trata de un juego, no de herir la susceptibilidad de nadie, ni de ofender la inteligencia del lector. Como ves, es la primera vez que lo publico, y no tenía ni idea de cuál sería el número de aciertos de los lectores. Por lo demás, reconocer la necesidad de estudiar no puede ser un insulto, sino una oportunidad de mejorar. Por si te sirve de consuelo, yo me he “pelado” muchas veces resolviendo la columna de Enriquezca su vocabulario, con la cual me entretengo a menudo porque tengo (¡qué bendición!) casi toda la colección de Selecciones desde que empezó a venderse en Colombia.

        • Andre Moskowitz

          Hola Yilda,
          Quizás me has interpretado la palabra “confesar” en sentido demasiado literal. No estaba hablando de una confesión sacramental.
          Nada más te estaba preguntando si estabas de acuerdo en que afirmar que es “grave” el caso de quien no haya podido contestar al menos seis de las embromadas (léase ‘complicadas’) preguntas de la prueba no es del todo razonable.
          Desde luego, no pude acertar en más de seis, pero no por eso considero que mi caso sea grave.
          Por los comentarios que he leído de los demás lectores que reprobaron, tengo la sensación de que muchos de ellos tampoco consideran que sus respectivos casos sean “graves”.
          Por lo tanto, te pregunto lo siguiente:
          Para la próxima, ¿acaso considerarías la posibilidad de suavizar un poco la escala de calificaciones para que nuestros casos no luzcan tan graves?
          Pero, de todos modos, no te preocupes.
          Aunque mantengas la misma escala de calificaciones en el próximo número, puedes tener la seguridad de que no se me va a quebrantar la autoestima y de que mi afán por continuar ampliando el vocabulario no va a amainar.
          : )
          El otro punto que me parece que conviene tener en cuenta es que la prueba que nos pusiste se centra en puros términos griegos (enfocados hacia la Antigüedad Griega), de suerte que si la persona no domina esa área específica, su resultado en la prueba puede dar la apariencia de que su vocabulario es muy deficiente cuando en realidad la persona podría tener un vocabulario muy amplio, en otras ramas del saber.
          ¿Te parece cierta esta última afirmación?

          • Yilda Ruiz Monroy

            Hola, Andre:
            Con mucho gusto consideraré lo del puntaje, aunque solo tú te has quejado. Lee lo que escribió el señor Fandiño Luna, por favor. Además, por favor, no lo tomes tan a pecho, ya que solo se trata de un juego, no de corchar a nadie, ni de hacer sentir mal a nadie. Mi único objetivo es invitar a adquirir vocabulario de la lengua española.

            Es probable que las palabras se hayan recargado un poco hacia el mundo antiguo, no solamente Grecia, observación que tendré en cuenta para la próxima vez, a no ser que de antemano especifique que el juego será sobre un determinado tema. Sin embargo, por favor, ten en cuenta que “aguachinar”, “petricor”, “ostracismo”,”apoteosis” y “obrepción”, si bien podrían tener etimologías latinas o griegas, son de uso común en el mundo literario. Yo las he leído recientemente en varios libros. El periodista colombiano Juan Gossaín escribió un artículo sobre la palabra “petricor”, bellísima palabra que podríamos usar más a menudo. Además, todavía se fabrican clepsidras, aunque no miden el tiempo muy precisamente. De nuevo muchas gracias por leer los artículos de Herederos de Cervantes.

  2. Paulina Susana Colmenares

    Ni siquiera me atreví a contestar porque creo que solo le atinaría a apoteosis, y eso que lo dudo. Es fácil ver todo lo que me falta estudiar.

    • Yilda Ruiz Monroy

      Bueno, entonces que sirva de aliciente para estudiar más. Gracias por el comentario.

  3. Río Cane

    Estoy muy contento porque me fue bastante bien. Solo me quedaron dos mal. A propósito: El emperador Calígula se llamaba así porque de pequeño lo disfrazaban de soldado romano, y le ponían las caligas, que eran parte del uniforme. Calígula es, pues, una caliga chiquita.

    • Yilda Ruiz Monroy

      Lo felicito. Se ve que es usted un gran lector. Así es: Calígula quiere decir “caliguita”. Muchas gracias por escribirnos.

  4. olga de armas

    Yilda nuevamente nos enfrenta a las interesantes historias de la lengua Española.
    El examen para evaluar el nivel de mi vocabulario fue todo una sacudida para sincerarme y aceptar que, verdaderamente mi dominio sobre el lenguaje fue acertadamente categorizado por estar en “urgente necesidad de tomar lecciones” La verdad es la verdad ! Esto me ayuda a aceptar que tengo que pulir y mejorar mi oxidado dominio de mi lengua nativa. Mi mamá estará orgullosa de mi decisión y mis ataques de sinceridad

    ¡Mil gracias y aplausos!

    • Yilda Ruiz Monroy

      ¡Muchas, muchas gracias por este comentario! La parte positiva es saber que su mamá estará muy contenta de su sinceridad y su decisión. Y la otra parte, también muy positiva, es que solo cuando se reconoce que se tiene un problema, podemos empezar a solucionarlo.

  5. Jaime Ernesto Fandiño Luna

    La idea del jueguito es muy buena, pero creo que ha mostrado a las claras lo mucho que nos falta leer a casi todos. Y no solo leer, sino usar el diccionario. Si no se usa el diccionario, es casi imposible aprender nuevas palabras. En la vida cotidiana se pueden aprender ciertas cosas, quizás porque nos son útiles, o las necesitamos en el trabajo o en la familia. Pongamos por caso el nombre de una nueva máquina o herramienta con la que debamos trabajar. Pero la búsqueda del vocabulario debe ir más allá, para abrir horizontes y estimular las neuronas. Yo recuerdo la columna de Selecciones “Enriquezca su vocabulario”, y también recuerdo que era difícil atinarle a la mayoría de las palabras. Quizá otros le dirían que “le merme”, pero si le merma al nivel de dificultad, no nos pone a estudiar. Por eso le agradezco su ayuda “neuronal” y lingüística.

    • Yilda Ruiz Monroy

      Su mensaje me da aliento para seguir adelante. En el año 2013 (y no creo que la situación haya cambiado mucho) ni un solo país latinoamericano estaba entre los 10 países más lectores del mundo. México, que es el país donde más se lee, no llegaba a los seis libros por persona por año. Uruguay, país que yo esperaba encontrar en el primer puesto, no estaba ni remotamente cerca. Latinoamerica, en mi opinión, solo puede salir del subdesarrollo si sus habitantes se educan, y la educación empieza leyendo. Muchas gracias por escribirnos.

      • Thais Garranchan

        ¡Gracias por el reto, el aprendizaje y la diversión!

  6. Jaime Ernesto Fandiño Luna

    Quizá lo que podría hacerse es lo que usted sugiere: anunciar en el artículo que se va a referir a un tema específico, aunque no estoy seguro de que eso suavizaría la prueba. De todos modos, para mí es un estímulo saber que no sé. Me rijo por la máxima socrática: “Solo sé que nada sé”, luego todo lo que aprenda es ganancia.

    • Yilda Ruiz Monroy

      Me encanta su actitud tan dispuesta a aprender.

  7. Dianav

    Definitivamente no acerté en muchas de las palabras! Gracias por compartir el ejercicio, y sobre todo, los recuerdos ya que mi padre y yo éramos ávidos lectores de Selecciones del Reader ’s Digest.

    • Yilda Ruiz Monroy

      Qué bueno saber que algunos de los lectores de este blog son o eran asiduos lectores de Selecciones.

  8. Luz stella

    Muy bueno el juego de palabras, tuve 6 errores, pero la verdad es que “adiviné” algunas por simple descarte, no porque tuviera el conocimiento, me encantó, gracias por el ejercicio

    • Yilda Ruiz Monroy

      Como siempre, mis agradecimientos por leer el artículo y, en esta ocasión, por participar en el jueguito. A veces es de gran ayuda acudir a la ley de Descartes, filósofo que no deja de prestarnos sus servicios tutelares desde el otro lado, aunque no hablara español.

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